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sábado, octubre 06, 2007

El Louvre descortés

Quien viaje a Ponferrada que no se pierda la exposición Las Edades del Hombre, montada cerca de su soberbio castillo templario, en la Basílica de la Encina y la iglesia de San Andrés, conectadas mediante una pasarela que se ha instalado para la ocasión. Más de doscientas cincuenta mil personas, todo un éxito, ya la han visitado desde que se inauguró en mayo y dense prisa porque la cierran en diciembre.

En una de sus vitrinas contemplé la reproducción de un precioso caliz y patena. Los originales datan del siglo doce y por desgracia no se exhiben en esta muestra porque el Museo del Louvre se ha negado a prestarlos, a pesar de que proceden de Peñalba de Santiago, una localidad a pocos kilómetros de Ponferrada, en la comarca del Bierzo. He localizado estas valiosas piezas en el gigantesco catálogo de los fondos del museo parisino que se puede consultar en su portal de internet.

En el Foro Cultural por la Provincia del Bierzo me entero de cómo llegó el cáliz de San Genadio hasta el Louvre. Leo que en el siglo diecinueve un capitular del obispado de Astorga lo arrebató para regalárselo al arzobispo de Valladolid y cuando falleció el arzobispo sus herederos vendieron el cáliz al museo francés. El rechazo del Louvre a prestar esta joya ha causado una lógica indignación en El Bierzo.

En Las Edades del Hombre de Ponferrada también se expone una copia de la lápida prerrománica de la Ermita de la Santa Cruz en Montes de Valdueza porque la auténtica desapareció misteriosamente pocos meses antes de que se inaugurase la exposición, un caso destapado por el Partido del Bierzo que se denunció a la Policía.

La falta de los originales de la lápida, el cáliz y la patena no desluce sin embargo Las Edades del Hombre porque la exposición atesora cantidad de obras de gran interés que son auténticas. Libros antiguos, pinturas, esculturas, enseres litúrgicos, más de un centenar de obras se exhiben en un recinto religioso con el apoyo de las tecnologías audiovisuales. Magnífica la puesta en escena del retablo de la Basílica de la Encina. A ambos lados del retablo se enciende una pantalla en la que dos actores de época caracterizados como los autores de este retablo explican cómo se esculpieron cada una de sus figuras mientras un foco de luz se proyecta sobre la imagen de la que están hablando para dirigir la mirada de los espectadores.

Las Edades del Hombre es el nombre de una fundación con un patronatdo formado por los arzobispos y obispos de la comunidad que desde 1988 organiza espléndidas exposiciones de arte religioso. La de este año que se celebra en Ponferrada es la decimocuarta y se presenta bajo el lema "Yo camino", inspirado en el peregrinaje a Santiago de Compostela. En un tramo de la pasarela que conecta las dos sedes de la exposición, con ligeras pendientes para simular la dureza del camino, se escucha una grabación envolvente de sonidos de la naturaleza, un murmullo delicioso, para ambientar al visitante que la transita como si se dirigiera hacia el Pórtico de la Gloria.

A través del cristal de la pasarela se divisan paisajes hermosos, pero en algunos tramos esa vista contrasta con otra menos agradable de viejas casas en ruina que yo hubiera disimulado. Al cruzarla también se ve afuera, colgado en el edificio de enfrente, un cartel con la imagen de Luis del Olmo que anuncia el museo de la radio, a pocos pasos de ahí. Parece que lo colocaron estratégicamente como reclamo, justo a la altura de la pasarela, para que salte a la vista de los visitantes. Quiero pensar que no es por afán de protagonismo porque Luis del Olmo ya es una institución en esta ciudad berciana donde se le ha homenajeado con una céntrica plaza que lleva su nombre y un busto. Además, el famoso locutor, natural de Ponferrada, ya ha dejado su sello personal en Las Edades del Hombre porque ha cedido generosamente un conjunto de la Última Cena, una aportación que aunque tenga calidad me parece bastante modesta en comparación con el resto de obras, sublimes, que se exhiben en esta muestra.

Cuando me informaron de que la entrada a esta exposición es gratuita casi no me lo creía porque estaba dispuesto a pagar para verla. Maravillosa.

"Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión", Anselmo Cobirán advierte de que en este blog no se consentirán comentarios de carácter ofensivo.