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lunes, octubre 01, 2007

Cuenca 2016, Torner funciona

Estás en una cafetería o pub snob y te entran ganas de ir al servicio. Vas y entonces no sabes en qué puerta meterte porque el símbolo que distingue el aseo de caballeros del de señoras es tan sofisticado que se confunden. Esto es un ejemplo de mal diseño porque le falta claridad.

En Cuenca se ha presentado el logo que ha diseñado el célebre artista Gustavo Torner para la candidatura de esta ciudad a Capital Europea de la Cultura en el 2016. La imagen, meridianamente clara, representa un libro abierto enmarcado en la copa verde de un árbol.

Advierto que el gran prestigio de Gustavo Torner, pintor y escultor conquense que ha colaborado en el diseño de algunas salas del Museo del Prado, nunca ha de ser impedimento para juzgar su trabajo, tanto si se merece alabanzas como críticas, con tal de que se hagan con sinceridad.

El logo de Cuenca 2016 me causa sentimientos dispares. A primera vista reconozco que me pareció simplón. Parecía el dibujo ingeuo de un libro de texto para parvulitos, pero esa sólo fue una impresión superficial que al admirarlo con detenimiento se desvaneció. Es más, creo que este logo funcionará bien porque cumple uno de los requisitos fundamentales de un diseño acertado: la claridad.

Este logo, al ser sencillo, es fácil de retener en la memoria desde al principio y se reconoce al instante, cualidades dignas de elogio. La imagen renuncia a los emblemas típicos de la ciudad, que algunos críticos echan en falta, pero a mi también me parece un acierto porque el público al que se dirige el logo es muy amplio y las representaciones locales no serían reconocidas por todos los que lo mirasen. ¿De qué serviría representar por ejemplo las Casas Colgadas si un espectador que nunca las ha visto no las identifica? En cambio lo que hace Torner es realzar dos valores universales y comprensibles para el público, aunque no conozca Cuenca, que sirven de reclamo para que se interesen por ella y la conozcan, porque ese árbol enmarcado en un libro evoca la cultura y la naturaleza que convergen en esta ciudad.

Antes de madurar mi opinión sobre este logo creía que Torner se había esmerado poco en este trabajo porque un libro es quizás una de las primeras imágenes que se vienen a la cabeza al pensar en la cultura, cuando la cultura es una realidad mucho más rica que abarca mucho más de un rico. Sospechaba antes de madurar mi juicio que a Torner se le vino el libro a la cabeza y dejó de pensar cuando podía haber continuado pensando para buscar otra imagen más sutil. Pero he llegado a la conclusión de que en la sencillez está la virtud y si con un simple libro se consigue pues perfecto.
Miro distraidamente la imagen y esa gran copa verde se convierte en un trébol con muchas hojas, símbolo de la suerte, que es lo que hace falta a Cuenca para la capitalidad cultural en el 2016. En definitiva, sostengo que Gustavo Torner ha demostrado el talento que se esperaba de él al hacer un logo efectivo.

"Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión", Anselmo Cobirán advierte de que en este blog no se consentirán comentarios de carácter ofensivo.