Sueño supersónico

"Llegar antes de haber salido" fue el lema con el que British Airwais presumía de estos aviones y era cierto. Estos aparatos tardaban poco más de tres horas en cubrir la distancia entre Londres y Nueva York y como la diferencia horaria entre ambas localidades era de cinco horas entonces el pasajero ganaba tiempo al bajarse a su destino.
Las azafatas del Concorde vestían uniformes con diseño de Nina Ricci y Christian Dior. Unos chefs viajaban a bordo y servían deliciosos platos en vajilla de porcelana, en vez de las comida con sabor a plastico en bandejas que ofrecen en los vuelos corrientes.
El avión volaba a dos veces la velocidad del sonido, dos mil doscientos kilómetros por hora, pero solo rompía la barrera del sonido sobre el mar, porque al franquearla generaba un estallido atronador que castigaría los tímpanos de una población. Unas pequeñas pantallas de cristal liquido informaban a los pasajeros de la velocidad y podían pedir un certificado del comandante en el que quedara constancia de que habian superado la barrera del sonido.
Este aparato se alzaba a 18 kilometros de altitud. A esa altura los pasajeros podían observar por la ventanilla la curvatura de la tierra, como un astronauta, y el cielo dejaba de ser azul y adquiría el tono negro espacial del Universo.
El precio del billete de ida y vuelta rondaba el millon de pesetas. Volar en un Concorde era una forma de distinción. En estos avions se han montado celebridades como Michael Jackson, Phil Collins, la Reina de Inglaterra, Mick Jagger, el Sha de Persia, que incluso tuvo el privilegio de pilotarlo.... Ejecutivos y estrellas eran sus principales pasajeros.
Las investigaciones determinaron que la causa del accidente de París fue una pieza de metal que se desprendió de un avion que despego poco antes que el Concorde. Esa pieza quedó sobre la pista, reventó uno de los neumaticos del avión supersónico al pasar por encima y causó una reaccion en cadena que incendió una de sus alas nada más despegar. El piloto no tenia espacio suficiente para volver a tomar tierra en la pista e intentó hacer un aterrizaje de emergencia en otro aeropuerto cercano, pero no pudo alcanzarlo y se estrelló junto a un hotel. El avión dejaba una estela de fuego como un cohete. El por entonces presidente francés Chirac fue testigo de excepción de la tragedia desde otro avión en tierra en el que acababa de llegar de Japón.
La mayoría de los pasajeros que murieron en el accidente eran alemanes que se dirigían a América para embarcasrse en un crucero de lujo. En homenaje a estas victimas se expone uno de los Concorde originales en un museo de la teconolgia situado al sur del país germano.
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