Un negocio arriesgado: CCM-Astroc

Astroc era la gallina de los huevos de oro. Las acciones de esta inmobiliaria valenciana salieron a Bolsa en mayo del año pasado a un precio de 6,4 euros y en febrero valían once veces más.

Fue en febrero cuando se celebró en Valencia una convención de Directores de Caja Castilla-La Mancha y coincidieron en la capital levantina el presidente de esta entidad financiera, Juan Pedro Hernández Moltó, con el de Astroc, Enrique Bañuelos. La prensa captó imágenes de su encuentro. Los confidenciales contaron que ambos acordaron que la CCM invertiría la apabullante cantidad de 90 millones de euros para entrar en Astroc y hacerse con el uno por ciento de su capital.

Es casualidad que esa convención celebrase su edición número trece, el número de la mala suerte, porque dos meses después las acciones de Astroc sufrieron un descalabro en Bolsa. En apenas una semana perdieron un sesenta por ciento de su valor y su desplome causó un efecto dominó que arrastró a otras potentes inmobiliarias.

Cuando Astroc se hundió en la Bolsa, la CCM todavía no había ejecutado la operación para entrar en su capital, pero las fuentes consultadas por Chasquidos informan de todos modos que esta operación tan arriesgada tiene consecuencias en la entidad castellano manchega. El Banco de España la pondrá a raya.

El ambicioso Bañuelos, el presidente de Astroc, se colocó con tan solo 41 años entre las cien personas más ricas del mundo de la lista Forbes, y el tercero de España con una fortuna estimada de 5.850 millones de euros, pero sólo fue una gloria efímera porque tras el crack de su empresa en Bolsa cayó cientos de puestos en el escalafón.

Por cierto, el Consejo de Administración de la CCM ha convocado esta semana en Cuenca, el martes 12 de junio, la sesión ordinaria de la Asamblea General.