Pastores masajistas

El distinguido restaurante Estik, en la calle Espronceda de Madrid, presume de servir la hamburguesa más cara del mundo. Impensable en un McDonald´s. Cuesta 85 euros y la elaboran con la exclusiva carne de Kobe, un manjar exótico que está fuera del alcance de muchos bolsillos. Sólo con ver esta hamburguesa en la fotografía de una revista se me hizo la boca agua.

En la carta indican que la carne con la que cocinan esta hamburguesa procede de Nueva Zelanda, aunque la genunina carne de Kobe es originaria de Japón. Kobe de hecho es el nombre de la localidad nipona donde está el puerto en el que se exportan las escasas remesas de este producto tan preciado. Un kilo ronda los cuatrocientos euros en el mercado.

La carne del buey de Kobe es diferente por el mimo con el que tratan al animal. Las explotaciones son pocas y cada cabeza que crían recibe un cuidado a cuerpo de rey. En la dieta de estas reses se incluye la cerveza para que estimule su apetito y periodicamente son bañadas y perfumadas con el tradicional licor Sake, pero lo más asombroso es que todos los días los pastores les dan un masaje para reducir la grasa. La tradición es milenaria y en otros tiempos era esta carne la que se servía en Japón a los soldados del Ejército Imperial que volvían con vida de la batalla.

En Madrid el único punto de venta oficial de Kobe es la carnicería Raza Nostra en el Mercado de Chamartín, que cuenta con servicio a domicilio por si ustedes gustan. Dicen quienes la han probado que esta carne es tan tierna que, exagerando, se podría comer con cuchara. ¡Marchando una de Kobe!