El Perezoso
SUPERMAN: (zarandeando al dependiente): ¡Espabile! ¿No le da vergüenza dormir en el trabajo?
DEPENDIENTE: (desperezándose): ¿Qué esperaba? Esto es una tienda de colchones.
SUPERMAN: Necesito unas gafas.
DEPENDIENTE: ¿Es que no oye? Esto es una tienda de colchones.
SUPERMAN: Perdone, es que no oigo bien. ¿Dónde puedo comprar unas gafas?
DEPENDIENTE: Pues vaya piltrafa de superhéroe. No oye y para colmo ve mal. A la vuelta de la esquina hay una óptica. A usted seguro que le hacen un precio especial porque es de lo más raro que un superheroe necesite gafas.
SUPERMAN: Oiga, sin faltar. Haga el favor de guardarme un respeto porque, para que lo sepa, yo puedo volar.
DEPENDIENTE: ¡Anda, como los gorriones!
SUPERMAN. Exacto.
DEPENDIENTE: ¿Y seguro que no quiere una cama? Las tenemos de oferta.
Superman observa las camas de la tienda y se tumba sobre una de ellas.
SUPERMAN: Sí que es cómoda. Qué gozada. Me quedaría aquí todo el día. ¿Y usted por qué dormía en el suelo teniendo todas estas camas?
DEPENDIENTE: Los colchones son muy blandos y me destrozan la espalda. Dice un médico chino que dormir en el suelo es sano.
SUPERMAN: Seguro que hay otro médico chino que dice lo contrario.
DEPENDIENTE: Hay médicos chinos a patadas. No creo que todos piensen lo mismo. ¿No cree?
Superman se ha quedado dormido.
<< Home