Puño y letra

La sencilla, más frecuente, no puede ser más escueta y la utiliza en los documentos oficiales para firmar con rapidez la montaña de papeles que pasan por su mesa debido a la responsabilidad del cargo que ocupa. No la describo porque sería fácil identificar a quién me estoy refiriendo. Esa es la firma de su lado institucional, la que estampa infinidad de veces en su trabajo. En cambio la otra firma, mucho más elaborada, es la que utilizaría por ejemplo para una dedicatoria personal.
Estoy por pedirle un autógrafo a este político de puño y letra.
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