La masacre de las bananeras

En diciembre de 1928 en la localidad de Ciénega, departamento de Magdalena, los trabajadores de la United Fruit Company, una empresa norteamericana que explotaba las plantaciones de la costa del Caribe desde finales del siglo veinte, llevaban varias semanas de huelga para exigir mejoras laborales. Una tarde corrió el rumor de que un Gobernardor del departamento se desplazaría en tren hasta esta localidad para reunirse con los trabajadores. La falsa noticia se extendió y una muchedumbre ansiosa de que llegase se concentró en la estación para esperarlo. El ejército les dio unos minutos para disoverse y cuando pasaron abrió fuego contra los indefensos trabajadores. Existe una gran confusión sobre el número de víctimas. Un general habló de nueve fallecidos, pero un embajador norteamericano hacía un balance distinto y aportó distintas cifras cada vez mayores. Apuntó que eran cien, después quinientos y en un informe para el Departamento de Estado terminó por elevar el número de muertos hasta los mil.
Gaitán investigó a fondo esta masacre sobre el lugar de los hechos. Entrevistó a centenares de obreros, fotografíó cadáveres de víctimas que no habían recibido sepultura y otros destrozos causados por el incidente.
En un memorable debate, Gaitán demostró que los disparos del ejército fueron injustificados, evidenció la corrupción que existía en torno a la United Fruit Company y logró mejoras sociales para los trabajadores.
La masacre de las bananeras es un suceso real que Gabriel García Márquez mezcló con la ficción en su obra maestra Cien Años de Soledad.
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