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miércoles, enero 24, 2007

Bajarse del atril

Barreda, el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, sorprende al respetable con el anuncio de que se construirá un nuevo hospital en Cuenca con un presupuesto de al menos 130 millones de euros, la mayor inversión jamás destinada por un Gobierno a esta ciudad. El anuncio tiene un tufo electoral descarado, pero lo hizo en el salón de Plenos del Ayuntamiento, ante un atril azul de la Junta instalado para la ocasión, el ambiente que necesita para enmascararlo con la solemnidad de una declaración oficial. El presidente busca el ambiente propicio para sentirse a gusto, como en esas escenas de cama de película en las que un seductor cubre una lámpara con un velo rojo para lograr una luz pasional. Barreda sustituye la luz roja por banderas y ese atril para conseguir la atmósfera que le interesa.


En el público, entre las primeras filas, se sentaron destacados empresarios y al omnipresente vicerrector del campus universitario de Cuenca, que se fundió en un abrazo con el alcalde. Las cámaras captaron el arrumaco.


La construcción de un nuevo hospital en esta ciudad es una noticia espléndida, pero conviene abrir los ojos para no dejarse engañar porque el anuncio de Barreda sólo es una promesa y además improvisada porque hace tan solo siete meses el Consejo de Gobierno de la Junta que preside aprobó una inversión 2,3 millones de euros destinados a un plan para reformar el hospital que ahora existe.


José Bono, que es un mago de la política, cuando era presidente de esta región prometió un Palacio de Congresos para Cuenca en la década de los ochenta y hasta la fecha no se ha construido, pero supo sacar el máximo jugo a esa promesa en las sucesivas elecciones. Los mandatarios socialistas de la Junta de Castilla-La Mancha pueden permitirse el cinismo de mantener indefinidamente sus promesas porque en esta región no ha existido hasta el momento alternancia en el Gobierno y tienen todo el tiempo del mundo para cumplirlas.


La oposición en estas tierras sólo es una tímida amenaza para la sólida hegemonía del PSOE. Barreda ha hecho una jugada maestra al prometer un nuevo hospital, una de las demandas más importantes de los vecinos de esta ciudad. Por detrás de esta jugada se esconde un brillante estratega político que domina la propaganda a su servicio. Con esta oportuna promesa Barreda ha propinado un duro golpe a su máximo rival por la presidencia de la Junta en las elecciones de Mayo, María Dolores de Cospedal, la aspirante del PP. Cospedal debería arrepentirse y pensar por qué no prometió ella antes un nuevo hospital.


La promesa de construir un nuevo hospital se cumplirá o no, pero desencadena drásticas consecuencias inmediatas porque a corto plazo no se acometerá tal como estaba prevista la reforma del actual hospital Virgen de la Luz. Si la promesa no se cumple Cuenca se quedará sin reforma y sin hospital nuevo. Hagan sus apuestas. El cóctel electoral está servido. En la escena local, la ambiciosa promesa ha revuelto las intenciones de voto para las próximas elecciones municipales. La maniobra de Barreda se presta a interpretaciones variopintas, pero en mi opinión el que más se le juega es el alcalde, José Manuel Martínez Cenzano, si piensa presentarse a la reelección.


Independientes por Cuenca acometió una intensa campaña para reclamar la construcción de un nuevo hospital por lo que le corresponde una parte del mérito si este objetivo se cumple. El presidente Barreda se acordó del concejal de este partido, el cardiólogo Antonio Melero, al que calificó como “combativo”. El PP es cierto que también se pronunció a favor de un nuevo hospital, pero con menos perseverancia.


Una foto distribuida por la Junta muestra a Melero participando en una reunión con Barreda, el consejero Guijarro y Cenzano en el despacho de la alcaldía. Esa foto supongo que habrá causado extrañeza en las filas de Independientes por Cuenca porque entre sus seguidores figuran personas contrarias a la política de la Junta que se habrán sentido defraudadas al ver a su concejal en esta imagen que denota un cierto compadreo y es de esperar que su voto emigre al PP.


Sería injusto no reconocer al alcalde otra parte de la tarta del mérito si se consigue un nuevo hospital porque se la merece ya que se intuye que el alcalde desempeñó un papel decisivo, pero ese guiño de Barreda a Melero propicia un trasvase de votos de Independientes por Cuenca al PP que perjudica al PSOE de Cenzano si opta por presentarse a la reelección.


La promesa, por grandiosa que sea, no salva en absoluto la gestión sanitaria en esta provincia donde hace nueve meses que los anestesistas del hospital Virgen de la Luz están de huelga. Barreda debe bajarse del atril institucional para poner los pies en el suelo y centrarse en el presente.

"Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión", Anselmo Cobirán advierte de que en este blog no se consentirán comentarios de carácter ofensivo.