NUEVA TEMPORADA EN CHASQUIDOS. ANSELMO COBIRAN HA REANUDADO LAS PUBLICACIONES TRAS SU DESCANSO DE VERANO

domingo, noviembre 19, 2006

La profanación de Mangana

Al ver una excavadora derruyendo uno de los muros que bordea la Plaza de Mangana me conmocioné. Sentí cómo si se profanara una tumba. Echan abajo el muro porque molesta y es un peligro para las personas que en su interior trabajan en unas excavaciones arqueológicas. Pues bien, a decir verdad lo que molesta son esas excavaciones arqueológicas.
No importa cuál sea la importancia de los hallazgos que puedan encontrar porque su valía es de antemano inferior a la de la Plaza de Mangana que han destrozado para buscarlos. La destrucción de esta bella plaza, desde la que se disfrutaba de unas vistas formidables de la ciudad, es una atrocidad salvaje. Lleva años vallada mientras prosiguen esas excavaciones que nos han privado de uno de los rincones más hermosos de Cuenca.
No sólo han cerrado la plaza para que los arqueólogos husmeen en sus entrañas a la búsqueda de unas pocas baratijas del pasado sino que además, al vallarla, han ultrajado el monumento a la Constitución de Gustavo Torner que se ubica en su interior y ahora está rodeado de cascotes.
La intención es que en un futuro incierto una parte de la plaza recupere su uso y otra se convierta en un yacimiento visitable de dudoso interés para el público en general. Preferiría conservar una plaza entera, espléndida como la que teníamos antes, en vez de una cortada por la mitad.
Creo que no merecen la pena estas excavaciones ya que los restos que puedan descubrirse no compensan en absoluto el alto riesgo que se ha asumido al sacrificar una plaza emblemática para buscarlos e incluso me indigna que se autorizasen.Cuesta entender que se consientan estas exploraciones, a no ser que en la Junta de Castilla-La Mancha y en el Ayuntamiento de Cuenca haya irresponsables que anteponen su afición a la arqueología a los intereses de la ciudad que gobiernan.
El doloroso precedente de Mangana jamás debe repetirse. Que la arqueología valga para rescatar patrimonio, pero nunca para destruirlo.

"Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión", Anselmo Cobirán advierte de que en este blog no se consentirán comentarios de carácter ofensivo.