NUEVA TEMPORADA EN CHASQUIDOS. ANSELMO COBIRAN HA REANUDADO LAS PUBLICACIONES TRAS SU DESCANSO DE VERANO

viernes, noviembre 10, 2006

El peloteo del Rey de la Tele

RESUMEN: En el capítulo anterior de 'La Pantalla Obediente', el Presidente se altera cuando el Rey de la Tele, disfrazado de torero, le informa en su despacho oficial de que la audiencia de su cadena ha perdido 1,2 puntos de share en octubre y de repente suena el teléfono rojo que tiene sobre la mesa.

EL REY DE LA TELE: Yo que tu no lo descolgaba.
PRESIDENTE: No digas tonterías. ¿Cómo no lo voy a coger? ¿Acaso crees que me voy a arrugar? No olvides que yo soy el presidente y en esta región soy yo quien ordena y manda.
EL REY DE LA TELE: [por lo bajo] Eso no te lo crees ni tú.
PRESIDENTE[desconfiado]: ¿cómo dices?
EL REY DE LA TELE: No, nada. Tú mandas.



El teléfono sigue sonando. El presidente descuelga el auricular. El pulso le tiembla y se le escapa de las manos, pero logra atraparlo al vuelo antes de que caiga al suelo.



EL REY DE LA TELE: ¡Bravo! Pareces un malabarista. ¡Qué habilidad! Desafiaste a la ley de la gravedad. Newton estaría avergonzado.
PRESIDENTE: [su cara se sonroja por el halago. Con una mano tapa el auricular del teléfono] Gracias, gracias.
EL REY DE LA TELE[aplaudiendo]: Te mereces un reportaje de cinco minutos en el informativo de hora punta. !Qué diablos, un monográfico!
PRESIDENTE: [con el dedo índice cruzado entre los labios] Chiist. Me encanta que me hagan la pelota, pero cállate, que si no no oigo. [destapa el auricular]¿Quién es?



Se hace el silencio.



PRESIDENTE: [vuelve a tapar el auricular con la mano] Cógelo tú.
EL REY DE LA TELE: ¿Quién es?
PRESIDENTE: No preguntes y cógelo de una vez.



El Rey de la Tele se cubre con el capote atemorizado.



PRESIDENTE: ¡Cobarde! Vete de aquí. No tienes vergüenza torera.



El Rey de la Tele se marcha cabizbajo, sin quitarse el capote de encima.



PRESIDENTE: Sí, no sé qué pasa que no se oye. [disimulando] Un fallo en las líneas, supongo, máximo líder.



El presidente escucha atentamente unas instrucciones que el máximo líder le comunica por teléfono, asintiendo con la cabeza.



PRESIDENTE: Entendido, máximo líder. Tus deseos son órdenes. [cuelga]

La luz se desvanece en el despacho oficial del Presidente. Fin de la escena.

"Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión", Anselmo Cobirán advierte de que en este blog no se consentirán comentarios de carácter ofensivo.