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domingo, octubre 15, 2006

Sólo una pizca de humor

Anoche vi 'Match Point', la penúltima película de Woody Allen. La alquilé en un videoclub, los días pasaron y he pasado la fecha de entrega, de modo que tendré que pagar recargo. A menudo me ocurre que alquilo una película y la devuelvo sin haberla visto porque no encontré el momento adecuado. Qué se le va a hacer. No es que tenga la agenda muy ocupada, es justamente eso, que no aparece el momento oportuno.
He leído algunas críticas por internet. Unas son muy elogiosas, casi hasta el empalagamiento. Guión sin fisuras, perfecta, obra maestra, redonda, no sobra ni falta nada... Woody Allen ha logrado que le abrumen. Quizás sea un triunfo, o tal vez una maldición, no lo tengo claro. Desde luego, a mi entender y aunque no he visto toda su filmografía, Match Point no es ni de lejos su mejor obra. Para empezar es repetitiva. El atosigamiento de una amante que relata ya lo desarrolló antes en 'Delitos y Faltas' con una mayor intensidad. Scarlett Johansson cumple con el cometido que le exige el guión. Ser arrebatadoramente sexy y eso lo consigue. La atracción sexual que suscita traspasa la pantalla.
Es cierto que Woody Allen retoma sus propias ideas en varias películas, un recurso que no tiene por qué ser malo, pero en 'Match Point', insisto, se hace repetitivo. El acoso de la amante, aunque no es el único tema sobre el que gira el argumento, no aporta nada nuevo sobre 'Delitos y Faltas' en el que se plasma con mayor persuasión.
Allen salió de Nueva York, que es el escenario habitual de sus peliculas, y en ésta cede el protagonismo a Londres. En ambos casos sabe captar el aspecto encantador de una ciudad, a costa de enfocarla desde el lado de las clases altas. Me chifla la sensualidad que destila la película. Apartamento con vistas, casa de campo fastuosa, la vida de ejecutivo, el chófer con limusina, el paseo por la Tate Gallery... El buen vivir aunque sea en un argumento trágico.
En Match Point Woody Allen se desprende de las fuertes dosis de humor que nos encandilaron en anteriores trabajos. Match Point es dramática, trágica, negra, pesimista. Cruda y pedante. "Decía Sófocles que no haber nacido podría ser un gran favor", viene a citar el protagonista en una escena límite. Pedante, pero quizá deliberado. Allen se mofa del snobismo, pero él mismo es un snob. Del mismo corte son las alusiones a Dostoievski que aparecen en la película. "Mantuve una conversacion muy interesante con él sobre Dostoievski", comenta el padre de la chica de alta sociedad con la que el protagonista se casa, parandose a pensar antes de decir el nombre del ruso, como si se le hubiera olvidado. Dostoievski como tema de conversación, reducido a vanidad y autocomplacencia para demostrar cultura.
En 'Match Point' no suena jazz. Su banda sonora es ópera que chirría. Demasiado pretencioso. Acentúa la tragedia y hace más grandilocuente un momento culmen, desempeñando una función narrativa, pero no se empasta con la acción de manera armoniosa. El protagonista es un joven que fue promesa del tenis. Un personaje dinámico, agresivo, mujeriego, que declara desde el principio su pasión por la ópera y, la verdad, no encaja con su personalidad esa afición.
Adiós al humor, sólo unas dosis mínimas que saben a poco, cuando hace una parodia de la Policía. En la anterior película, 'Melinda y Melinda', Allen contrapesaba comedia y drama en dos narraciones paralelas, pero en este trabajo el equilibrio se rompe a favor de la amargura.
No me atrevo a decir que Woody, llamándolo por su nombre artístico de pila, tenga una filosofía. Sería mucho decir, una exageración típica de sus admiradores menos reflexivos. La filosofía es un sistema muy amplio y trabajado sobre la existencia. Un sistema con coherencia. Woody tiene ideas sueltas sobre la existencia, por eso digo que no tiene una filosofía, porque no están sistematizadas, y una de esas ideas es la importancia de la suerte. En una rueda de prensa le preguntaron cuál cree que es el secreto para que una relación de pareja no se vaya a pique y contestó que es la suerte, ni más ni menos. Esa idea en torno a la suerte y su influencia en la sociedad es el principio sobre el que se sositene Match Point, punto de partido en el tenis. El punto de partido es un momento decisivo en el que el azar dicta su sentencia según hacia donde dirija la bola.

"Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión", Anselmo Cobirán advierte de que en este blog no se consentirán comentarios de carácter ofensivo.