El Lulu

Han visto al Lulu merodeando por el parking de San Basilio, en las inmediaciones del hospital. Lleva una gorra verde deshilachada y una camiseta raída que pone 'orgullo gitano'. Éstá atento y si viene algún coche se ofrece al conductor para ayudarle a encontrar sitio donde aparcar, aunque lo tenga delante de sus narices. Si dice que no pues cuando vuelva se encontrará con las ruedas pinchadas. El Lulu no tiene escrúpulos. Aunque sea un grupo de hermanitas de la caridad procedería de la misma manera y les reventaría los neumáticos sin pensárselo dos veces. La Poli tiene calado al Lulu y un agente va detrás de él. Lo vigila sin que se de cuenta desde una de las ventanas del hospital con unos prismáticos. Observa cada uno de sus movimientos sin perder detalle. El policía sueña con ver al Lulu en el calabozo desde que se le escapó tras robar un bolso en el mercadillo. Cuando iba a esposarlo se le escabulló de entre las manos y salió corriendo hacia el escondite. Se refugia en la trastienda de una charcutería abandonada, entre ganchos para colgar la carne y fiambreras llenas de moho. El olor a podrido que lo rodea allí no le molesta.