NUEVA TEMPORADA EN CHASQUIDOS. ANSELMO COBIRAN HA REANUDADO LAS PUBLICACIONES TRAS SU DESCANSO DE VERANO

lunes, marzo 27, 2006

Tren de vida

La cadena PTA contrató a un productor bajito y gordo, de aspecto desagradable, pero un as en su trabajo. Tenía un currículo envidiable de éxitos que sedujo al Consejo de Administración. En cuanto lo ojearon, el resto de candidatos al puesto quedaron descartados y entre los aspirantes había profesionales de mucho prestigio.
No me acuerdo cómo se llamaba ese productor, pero le odio. Arruinó mi carrera.
La empresa le ofrecía todo cuanto desease. Estipularon un sueldo muy alto. Al productor le gustaba el dinero y llevaba un tren de vida fabuloso. Comidas en los mejores restaurantes de la ciudad, berlinas último modelo, áticos de lujo, trajes italianos... Quizá eso explique su éxito con las mujeres. Pese a ser muy feo conquistaba a algunas de cuerpo escultural con las que inevitablemente hacía mala pareja.
Me estoy enrollando. La empresa, digo, le ofrecía de todo y puso a su disposición un bonito despacho con vistas a un lago. El mejor despacho después del que ocupaba el presidente, un lugar que todos los empleados codiciaban. Pues bien, el productor rechazó el despacho porque prefería trabajar en contacto con la gente, en medio de la oficina, aunque la mayor parte del tiempo lo pasaba en la calle. Cerraba contratos en bares, restaurantes, hasta en un parque.
Sí, reconozco que el producto era un as, pero lo destestaba.
El productor siempre iba con un maletín de piel importado de Italia. Artesanía de primera calidad. Un día lo dejó en su mesa de la oficina mientras hacía unos recados en la calle y aproveché el momento para husmear. Adentro encontré una agenda, también de piel y a juego con el maletín, que me dejó de piedra. ¡Clasificaba a la gente por categorías! No por sus apellidos, por categorías. El productor era muy apreciado por los programas frívolos de confesiones porque sabía encontrar cualquier perfil, por estrambótico que fuese. Le pedían un cleptómano que vende coches de segunda mano y al instante localizaba a uno. Que hacía falta una prostituta con un tic nervioso, o un niño superdotado que no sabe sumar, pues dicho y hecho. Busqué mi nombre en su agenda para ver qué concepto tenía de mí, pero no lo encontré y supuse que debido a que nos conocíamos desde hace poco tiempo. La secretaria del presidente sí figuraba, en la categoria de pechugonas frígidas. Terminé cerrando de golpe la agenda por el asco que me dio. Repulsivo.
Vivo en un pequeño apartamento alquilado, a pocos metros del plató de la PTA. Cocina americana, no por un capricho de decoración, sino por falta de espacio y este cuchitril chupa la mitad de mi sueldo mientras que el productor se instaló en un ático en pleno centro. Pero nunca he sido envidioso ni vengativo. Me considero como una de esas personas pacíficas, inofensivas, que no matarían ni a una mosca. Soy amable. Cedo el paso a las mujeres, cortesía inglesa, y ninguna me lo agradece pero cuando lo dejo de hacer me lo reprochan, a pesar de que soy el único que tiene con ellas esa deferencia. Doy gracias por la menor insignificancia: gracias, gracias y más gracias. Y saludo en el ascensor a los vecinos. Así me va.

[continuará...]

"Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión", Anselmo Cobirán advierte de que en este blog no se consentirán comentarios de carácter ofensivo.