Miedo
A ritmo demoníaco mece ese innombrable
su diapasón escondido de temblores fríos.
Todos ignoran aquel recóndito paradero
Dónde lo oculta, dónde nadie lo sabe,
pero seguro que por dentro bascula
y vibra con gana.
El pecho estremece,
agrieta su coraza.
Puesto que ambos,
rídículo guerrero,
los quiere fofos
ablanda brazos.
Mana sudor, gotea,
lejos de esculpir,
las manos se empapan.
Ridículo guerrero
imita al sordo
a ese ritmo febril,
como el valiente.
anselmocobiran@yahoo.es
<< Home